Antecedentes

ANTECEDENTES

 

La franja fronteriza México-Estados Unidos se caracteriza por contar con un perfil epidemiológico que combina enfermedades infecciosas, crónico-degenerativas, lesiones, accidentes de tráfico y laborales. Esto ocurre en un contexto de movimiento cotidiano de sus habitantes en el espacio transnacional que conforma dicha franja. Al ser la frontera una región donde ocurren diversos procesos de interacción de individuos e instituciones cuyo ámbito rebasa la frontera, se requiere del diseño e implementación de modelos de prestación de servicios de salud y políticas de salud pública binacionales.

 

La intensidad y el dinamismo de la interacción en la frontera generan dinámicas de salud particulares, aunque existan diferencias entre ambos países en lo referente a políticas migratorias de salud y de desarrollo social y económico. A pesar de tener problemas comunes, las políticas de Salud Pública no corresponden ni dan respuesta a la complejidad de la Salud Fronteriza. En contextos fronterizos y binacionales, esta interacción que incluye países, estados, culturas y comunidades, la salud de los individuos y de los grupos, adquiere mayor relevancia.

 

Si bien no existe una definición clara de Salud Fronteriza, debido principalmente a la complejidad política, económica, social, medioambiental, epidemiológica y cultural de la región, se sabe que en el ámbito de la salud, la frontera presenta situaciones particulares que favorecen que ciertos problemas de salud sean mayores que en el resto de ambos países: cambios en la alimentación, disminución de la actividad física, inicio temprano de la vida sexual, abuso de sustancias, condiciones medioambientales, presencia de grupos vulnerables como indígenas y migrantes en tránsito, entre otros.